Las fobias suelen causar un sentimiento de evitar por cualquier medio aquello que le produce temor. La ansiedad puede llegar a ser tan abrumadora que el enfrentamiento con la raíz del miedo, puede llegar a provocar que el sistema de la persona sea incapaz de funcionar con normalidad. La pérdida de control puede llegar a ser total.
El pánico y la ansiedad intensa, que pueden incluir: sudoración, respiración anormal (jadeando, tratando de recuperar el aliento), aceleración del ritmo cardíaco, temblor, sofocos o escalofríos, sensación de asfixia, dolores en el pecho, opresión en el pecho, mariposas en el estómago, boca seca, náuseas, mareos y dolor de cabeza
En ocasiones el sentimiento de ansiedad surge aunque el miedo no esté presente, tan solo con pensarlo.
¿Qué tipos de fobias existen?
Hay tres categorías principales de fobias:
Las fobias específicas o fobias simples: Implican un temor desproporcionado ante situaciones específicas, seres, lugares, actividades o cosas. Ejemplos: el miedo a las arañas, el miedo a ir al dentista.
Las fobias complejas: Están vinculadas a un temor o ansiedad arraigada relacionadas con ciertas situaciones, incidentes o circunstancias, que atacan de forma más grave que las fobias simples.
La fobia social o trastorno de ansiedad social. Una persona con fobia social encuentra grandes dificultades al estar en situaciones sociales. Ir a fiestas, bodas, eventos o exposiciones pueden causar en las víctimas un gran miedo a ser avergonzado o humillado en público. La peor pesadilla para una persona con fobia social es probablemente tener que hablar en público o actuar en un escenario de frente a una audiencia. Leer más